Realmente es mi culpa, esa parte de mi cuerpo siempre ha sido bastante débil y poco flexible y esto ya me había sucedido algunas veces antes justamente intentando fortalecer. Al parecer el entrenamiento que hice ayer fue demasiado intenso para esa parte y las pantorrillas, y no me di cuenta hasta que en la noche hice algunos ejercicios para el trabajo en puntas. No pude estar ni veinte segundos en un balance a media punta por el dolor.
Afortunadamente esto mejora muy bien con los cuidados apropiados, si después de un rato de descanso y un par de aspirinas el dolor no baja el hielo casi siempre lo arregla. Pero de todas formas el puntar el pie y subir escaleras no es algo fácil en esta condición, sobre todo porque es importantísimo procurarle descanso, incluso hay que minimizar lo que caminas.
Pero tampoco es agradable (o posible) quedarse todo el día en cama dándole reposo, por eso es un alivio que, por ejemplo, el hacer ciclismo no sea un ejercicio pesado para el tendón de Aquiles. También, aunque en realidad no podría hacer una clase de yoga normal, siempre se puede adaptar a los gustos y necesidades de cada uno. El día de hoy me pude relajar y olvidar de este problema con una maravillosa clase por Elena Malova: Yoga para relajar. Ella en su blog también tiene muchísimas rutinas de ejercicios para entrenar y fortalecer, y para perder peso; y muy variadas rutinas de yoga, para todos los niveles ;D así como rutinas de bajo impacto para quienes tienen problemas en articulaciones: rodillas y tobillos. A mí me encantan para complementar mi entrenamiento y realmente fortalecer mi musculatura, además de que me gusta mucho el yoga y sus rutinas se adaptan muy agradablemente a mi estilo. Ojalá se animen a probarlas.
Con el tiempo me he dado cuenta de que sí, tengo mucho que hacer para fortalecer mis pies, pero realmente es algo que me tengo que tomar con calma. Hace un tiempo si hacía ejercicios específicos para las pantorrillas más de dos veces en una semana no podía dormir de dolor.
Pero me siento bien, aún con el dolor, porque recuerdo cómo era cuando era malo y me doy cuenta de lo mucho que ha mejorado y lo mucho que ahora puedo lograr.
La poca flexibilidad en estos tendones siempre me ha dificultado el hacer ejercicio, por un tiempo no podía caminar cómodamente en plano, y aunque aún me caigo al frente en un plié profundo con el tiempo ha mejorado mucho. Realmente en donde más me doy cuenta es en los saltos, antes me era imposible saltar, ahora me siento muy ágil y rápida, y me encanta saltar.
En fin, mis pobres tendones son algo con lo que he aprendido a vivir, y me pone muy feliz ver resultados con mi esfuerzo y trabajo. Espero que ustedes que me leen no sufran mucho de esto y también puedan aprender cómo lidiar y mejorar sus pequeñas debilidades.
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